martes, 2 de junio de 2009

cultura y comunicacion


Educación, cultura y comunicación

En los últimos 25 años el impacto de la teoría de la comunicación en la educación ha sido importante, especialmente por la coincidencia en la difusión de pedagogías y comunicologías inspiradas por la teoría social crítica: por ejemplo en América Latina, educación popular y comunicación popular.

Esto se vio reflejado en innumerables propuestas alternativas a la educación escolarizada, como la educación de adultos, la animación sociocultural y la recreación. En estas experiencias la comunicación tuvo un papel destacado, especialmente como campo de batalla entre las culturas popular y hegemónica.

Cuando en la década del '70 comienza a tomar fuerza la idea de democracia cultural, estos enfoques de educación no escolarizada asumen la estrategia de complementar el libre acceso al consumo de bienes culturales (leit motiv de la democratización de masas) con un libre acceso a los medios de producción cultural. Desde estas propuestas se intentará acercar los medios de producción cultural a las clases populares, en un intento de volverlas protagonistas del hecho cultural. Es la época en la que surgen experiencias de radios y periódicos populares, cine foros, etc.

Sin embargo estas experiencias tuvieron un alcance limitado y sus expectativas de democracia cultural no lograron romper con la influencia de la cultura dominante. Muchas veces las radios y periódicos populares se limitaron a imitar las propuestas que surgían de los medios masivos, reproduciendo por lo tanto los valores de la cultura hegemónica. Los individuos, enfrentados a la posibilidad de utilizar los medios de producción cultural, tendían a reproducir los mismos mensajes culturales que intentaban "rechazar", sin proponer formas nuevas. Un libre acceso a los productos y a los medios de producción cultural no conduce por sí solo a un uso libre de los mismos.

Creemos que una de las limitantes de estas experiencias está en sus fundamentos teóricos. Considerar a la cultura por sus productos nos lleva a la simplificación de suponer que la cultura se acepta o se rechaza. De este modo, para alcanzar la transformación cultural bastaría con una toma de conciencia que nos permitiera, como plantean estas posturas, aceptar determinados productos y oponernos frente a otros.

Un buen ejemplo de esto es Mario Kaplún, quien desde la educación popular, ha trabajado sobre los modelos de comunicación en los procesos de educación. Este autor realizó experiencias en comunidades de diversos puntos del continente, remarcando que la comunicación tiene un protagonismo fundamental en los proyectos emancipatorios de las corrientes educativas contemporáneas.

La educación es un sistema más complejo e inserto en la cultura, por lo que la comunicación ha de entenderse como un fenómeno que escapa a la lógica simplista de emisor-receptor. Entender a la comunicación como un sistema binario es una limitante para explicar las propuestas de transformación social, pues no explica cómo se insertan esas relaciones educativas en la cultura. Plantearse una comunicación dialógica en un grupo es necesario, pero está muy lejos de ser suficiente para que los individuos elaboren libremente. Y facilitar el acceso a la comunicación no es suficiente para garantizar la creación de nuevos mensajes.


No creemos que una propuesta educativa realmente transformadora pase solamente por rediseñar los modelos de comunicación e interrelación entre educador y educando. Pensamos que hay que ir más allá y entender a la educación dentro de un sistema mayor que es la cultura y participando de los procesos de construcción social de la realidad. Para ello hay que atender a una metodología que no sólo permita el acceso a la comunicación, sino también fomente un uso creativo de la misma. Comprender la complejidad de los procesos comunicacionales que pautan la producción cultural y la construcción social de la realidad, es el primer paso para la elaboración de una metodología realmente participativa y transformadora.